![Poster azul con imagen de mujer alzando los dos brazos tocando el sol. El póster dice: Derechos sexuales y reproductivos, desafíos y avances en América Latina. Jueves 26 de agosto. [Ponentes: Dorothy Estrada-Tanck, Soledad Deza, Valeria Pedraza]](https://i0.wp.com/juntasdenorteasur.com/wp-content/uploads/2021/10/derechos_sexuales_reproductivos.png?fit=427%2C600&ssl=1)



La primera sesión organizada por la Red para abordar los nuevos retos en el acompañamiento a mujeres y sobrevivientes de violencia de género en América Latina tomó lugar el 26 de agosto de 2021. Su finalidad fue conocer los desafíos y avances en la región de América Latina y el Caribe para garantizar los derechos sexuales y reproductivos. Para ello la Red y PADF invitaron a tres expertas en materia de derechos humanos de las mujeres:
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Dorothy Estrada-Tanck, Vicepresidenta del Grupo de Trabajo sobre la discriminación contra las mujeres y las niñas de la ONU
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Soledad Deza, Directora Ejecutiva de Mujeres x Mujeres, de Argentina, y
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Valeria Pedraza, Abogada Staff de Women’s Link Worldwide, Colombia.
Las tres panelistas identificaron desafíos regionales, como son el difícil acceso a servicios de salud de calidad, los cuales no integran la perspectiva de género ni la interseccional, invisibilizando la diversidad de mujeres que existimos. Además, el desabasto de medicamentos, políticas públicas restrictivas y el común denominador de toda la región: la pobre oferta de educación sexual integral en todos los niveles.
El segundo objetivo fue conocer recomendaciones, buenas prácticas y prácticas prometedoras que pudieran revertir estas tendencias. Dorothy compartió las principales recomendaciones que el Grupo de Trabajo sobre la discriminación contra las mujeres y las niñas -un mecanismo de derechos humanos del Consejo de Derechos Humanos- ha dirigido a los Estados en esta materia y que están contenidas en su informe temático más reciente sobre derechos sexuales y reproductivos en contextos de crisis. Dichas recomendaciones están formuladas sobre la base de estándares y obligaciones contenidos en tratados internacionales vigentes. Dorothy también compartió el micrositio oficial en donde se puede consultar dicho informe en un formato interactivo y amigable.
Durante la sesión se presentaron estrategias impulsadas por la sociedad civil en dos países de la región. Valeria presentó la campaña “Causa Justa” de Colombia, que busca eliminar al aborto como delito del código penal, y compartió las áreas de oportunidad que existen al utilizar las redes sociales y medios de comunicación para avanzar la estrategia de litigio. Por último, Soledad habló de su propia contribución para lograr la despenalización del aborto en Argentina y de las estrategias del movimiento feminista para lograr el acceso a la interrupción legal y voluntaria del embarazo hasta la semana 14.
Esta primera sesión fue muy valiosa porque permitió a las participantes escuchar de primera mano detalles de diversas experiencias desde la sociedad civil para incidir en los marcos legales que reconocen, protegen y garantizan derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
*Autoría del arte usado en el diseño del cartel: “Peace Warrior” por Roseanne Kenny para Amaro.
El 30 de septiembre de 2021 la Red para abordar los nuevos retos en el acompañamiento a mujeres y sobrevivientes de violencia de género en América Latina organizó la segunda sesión de esta serie para abordar el tema de violencia obstétrica y ginecológica en tres países de América Latina.
En esta ocasión la Red y PADF invitaron como panelistas a:
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Paulina Sánchez, Directora y coordinadora del área de salud mental del Observatorio de Violencia Obstétrica (OVO Chile) de Chile,
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María Echetto y Romina Gallardo, co-fundadoras e integrantes del área jurídica de Gestar Derechos, Uruguay, y
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Hannah Borboleta, directora clínica y partera de Morada Violeta, México.
La sesión permitió a sus asistentes conocer más sobre dos formas de violencia que aún no reciben la visibilidad para ser combatidas: la violencia obstétrica y la violencia gineco-obstétrica. De acuerdo con Paulina Sánchez, la violencia obstétrica y la violencia gineco-obstétrica son tipos de violencias de género entramadas con la institución biomédica, que es el contexto dentro del que se ejercen. La violencia obstétrica se da en torno al parto y nacimiento, mientras que la gineco-obstétrica es la que se presenta durante la atención a la salud en cualquier momento del ciclo sexual y reproductivo de las mujeres que acuden a un control ginecológico, y se manifiesta a través de un trato indigno que implique cualquier grado de degradación, infantilización, o discriminación, así como de la excesiva medicalización que no responda a las necesidades ni psicológicas ni fisiológicas de la mujer.
Hannah Borboleta subrayó que ambas han existido, por lo menos, durante 300 años, y lo que permite su reproducción es la prevalencia de la vieja mirada patriarcal, que percibe a las mujeres como débiles e ignorantes, como máquinas reproductoras a las que se nos tiene que explicar hasta las sensaciones que percibimos con nuestros propios cuerpos.
Finalmente, como afirmó Romina Gallardo,
“Es importante hablar de violencia obstétrica para poner voz a tantos relatos… Me atrevo a decir que la mayoría de quienes hemos atravesado una experiencia de gestación o parto, nos hemos sentido en mayor o menor medida avasalladas, irrespetadas o no consideradas en nuestra autonomía. Esas voces deben ser escuchadas por los equipos de salud que intervienen en estos procesos”.
Esta segunda sesión confirma que integrar la mirada feminista en torno a los cuerpos de las mujeres, al placer, al complejo proceso que supone la etapa gestacional, y a los diversos ejercicios de maternidad, ha sido fundamental para el empoderamiento de las mismas mujeres y para colocar estos temas en la agenda pública.
Autoría del arte usado en el diseño del cartel: “Gaia”, por Maliv Art Libre
La tercera sesión organizada por la Red para abordar los nuevos retos en el acompañamiento a mujeres y sobrevivientes de violencia de género en América Latina (en adelante “la Red”) y la Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF por sus siglas en inglés) tomó lugar el 28 de octubre de 2021. Su objetivo fue entablar un diálogo con activistas líderes de la región en torno al fenómeno de feminicidio/femicidio y la manera en que las organizaciones de mujeres se han organizado para responder desde la sociedad civil.
La sesión contó con la participación de:
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Adriana Rubio, asesora forense del Observatorio Ciudadano Nacional de Feminicidio.
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Estefanía Rivera, integrante de la Red Feminista Antimilitarista en donde coordina el Observatorio de Feminicidios de Colombia.
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Lorena Astudillo, vocera e integrante de la Coordinación Nacional de la Red Chilena contra la Violencia contra las Mujeres.
La moderadora de la sesión fue Stefany Jiménez, de la Red Jurídica Feminista de Colombia y contó con el apoyo de Verónica Cordero Díaz, de la Red de Mujeres de Valdivia, quien sistematizó la información y elaboró las conclusiones presentadas al final de esta nota. Ambas son integrantes de la Red. El apoyo logístico estuvo a cargo de Florencia Pérez Vela Quiroz y el equipo de PADF.
La sesión abordó el complejo fenómeno del feminicidio/femicidio, el cual se refiere a la privación de la vida de una mujer por su género, esto es, por ser mujer. Este fenómeno evidencia la violencia extrema hacia la vida de las niñas y mujeres, una expresión del continuo de la violencia contra las mujeres.
En muchos países de América Latina el feminicidio/femicidio se ha tipificado como un delito autónomo, lo cuál, de acuerdo a las expertas, puede ser considerado como un avance feminista. Su reconocimiento ha sido impulsado por las mujeres de toda la región para hacer frente a la inacción y falta de interés de los estados frente a los asesinatos de mujeres. Frente a las altas tasas de feminicidios, las activistas y organizaciones de mujeres han impulsado estrategias para visibilizar la forma más extrema de violencia de género contra las mujeres. En Colombia, Chile y México el movimiento de mujeres se ha organizado para visibilizar el fenómeno y concientizar a la sociedad a través de campañas y acciones de sensibilización, así como también ha impulsado la capacitación y acciones de abogacía para exigir la investigación, persecución y sanción de este delito, junto con la reparación de las víctimas, utilizando la perspectiva de género. Igualmente, ha promovido la creación de fiscalías especializadas para su investigación, la adopción de medidas de prevención de la violencia y protección para las mujeres, etc. En algunos países latinoamericanos el movimiento feminista incluso ha logrado abrirse un espacio en la agenda nacional y su voz tiene un peso político.
Buenas prácticas en materia de feminicidioLas organizaciones de mujeres han desarrollado buenas prácticas que han logrado que sobrevivientes de feminicidio y familiares tengan acceso efectivo a servicios de atención y reparación, a transformar las normas sociales que justifican los feminicidios, y a visibilizar y llevar un registro de este delito, lo cual es indispensables para el diseño de políticas públicas de prevención y respuesta a la violencia feminicida. A continuación de describen tres buenas prácticas de la sociedad civil destacadas durante la sesión:
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Las principales conclusiones de la sesión, las cuales fueron redactadas por Verónica Cordero Díaz, son las siguientes:
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La violencia de género es un problema político social en todos los países de América Latina.
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A pesar de la gravedad de la situación, los feminicidios/femicidios no son prioritarios en ningún Estado.
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La negación es una constante ya que no se asume la perspectiva de género ni la responsabilidad de que una muerte violenta a una mujer puede ser un feminicidio.
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El estado legitima la violencia hacia las mujeres y niñas. No reconoce la violencia en la cotidianeidad y en forma permanente.
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La falta de acceso a la justicia para mujeres rurales, indígenas y migrantes es un denominador común en toda la región.
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No existen planes de políticas públicas de reparación y acompañamientos a las víctimas y la familia.
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El patriarcado exige sumisión. La intención de dominio surge en la ejecución de la ley, llena de trabas que logra hacer compleja su ejercicio.